"EL TIEMPO ES UNA PALABRA"

sábado, 10 de noviembre de 2007


1. EL TIEMPO ESCOLAR: POLÍTICA EDUCATIVA

Las organizaciones educativas se rigen por una serie de normas que regulan determinados aspectos sobre la organizacion y el funcionamiento de las escuelas.

Los horarios son elaborados por el Jefe de Estudios, y compaginado con los criterios establecidos por el Claustro de Profesores. Los horarios son instrumentos que dicta como se distribuyen la jornada escolar y se realizan actividades lectivas y complementarias que se vayan a programar, con el objetivo de llevar a la práctica lo recogido en el Proyecto Curricular y en el Plan Anual de Centro.

Hay tres tipos de horarios, generales, del profesorado y del alumnado.

El Horario general, incluye los horarios del profesorado, alumnado y del personal de administracion y servicios. donde se fijan las condiciones en que el centro permanecerá abierto a disposicion de la comunidad educativa, así como la distribucion de la jornada escolar con las actividades lectivas y complementarias.

En el horario del profesorado se señalan 30 horas directas con el alumnado y hasta 37 con una serie de actividades como son: la progamación de actividades, asistencia a reuniones de claustro de profesores y consejo escolar, actividades complementarias y extraescolares, atención a los problemas de aprendizaje, organización y funcionamiento de la biblioteca escolar y mantenimiento del material educativo. Una hora semanal para reunión del profesorado con el fin de coordinarse y desarrollar actividades como: formación, perfeccionamiento, tutorías y cumplimiento con los documentos académicos.

El horario del alumnado establece la jornada escolar de 25 horas semanales destinados al desarrollo del currículum y dos horas y media semanales para el recreo. La distribución del horario deberá prever las distintas posibilidades de agrupamiento flexible para tareas individuales o de trabajo en grupo. Este tópico arroja dos ideas:
  • El tiempo ha sido considerado en las organizaciones educativas como una variable o un recurso material. Los teóricos, expertos, planificadores, han pensado desde un primer momento que el tiempo se podría controlar como si de un material fijo se tratara. Esta característica también es particular de la época de la industrialización y el desarrollo empresarial.

  • La segunda idea viene de mano de modelos más interpretativos donde el tiempo es considerado no como un recurso sino como una variable que se vive. Esto nos proporciona más complejidad porque tenemos que incluir que con el tiempo que tiene la organización hay que distribuirlo no sólo para el aprendizaje sino también para el desarrollo de los miembros de la comunidad educativa.

El tiempo escolar está supeditado a las leyes de mercado, que regulan los costes, la financiación, la productividad y la rentabilidad de la educación. La socioeconomía de la educación contempla uno de los aspectos del tiempo educativo, aunque no sea una dimensión intrínseca al proceso formativo. Si el producto, el aprendizaje, no se consigue, el tiempo escolar se convierte en un recurso desaprovechado y parcialmente estéril.

2. EL TIEMPO ENTENDIDO COMO VARIABLE O RECURSO MATERIAL

El tiempo dentro de las organizaciones educativas es uno de los recursos más importantes ya que en él confluyen diferentes variables que marcan los modelos, las metodologías, el personal profesional, a los alumnos, a los gestores... dictando así las actividades y acciones que se puedan dar dentro del sistema escolar, quedando determinada la vida escolar de los alumnos siendo ésta unificada y estándar.

Este tiempo sirve como estandarizador pero al mismo tiempo es diferenciador ya que propone distintos niveles, etapas, ciclos, cursos, trimestres, semanas, jornadas, o módulo horario, rompiendo así con uno de los principios básicos del aprendizaje: continuidad. La realización de este calendario tiene incidencias en dos aspectos: los fisiológicos y psicopedagógicos, y los geográfico-sociales.

El tiempo está condicionado no por la naturaleza de la actividad educativa, sino por el entorno sociológico (yo añadiría que también por el entorno económico). Esto hace que el calendario a priori predisponga las diferentes situaciones que se puedan dar en la escuela, sin embargo, encontramos los límites de este calendario en la realidad y peculiaridad del ser humano al poner en práctica sus inquietudes, sentimientos... en la vida. Dicho esto, podemos decir que el calendario escolar puede funcionar como limitador en el aprendizaje ya que los procesos de enseñanza están ensamblados en función del tiempo y no en la consecución de unos objetivos.

3. LA JORNADA ESCOLAR

La jornada escolar provoca diferentes resultados en un mismo tiempo, así como que un mismo resultado sólo podrá obtenerse con distintos tiempos. Tenemos pues una dicotomia entre tiempo social y personal, y tiempo escolar ya que cuando ambos se mezclan son incompatibles.

4. EL IMPACTO DEL TIEMPO EN EL APRENDIZAJE

En el sistema escolar confluyen diferentes tiempos, diferentes posiciones y dentro de estas posiciones, diferentes personas. El tiempo influye de diversa forma según lo personal, lo social, lo afectivo y el espacio.

Es decir, tenemos un tiempo limitado y con carácter estandarizador que marca las bases de un sistema infinito y diverso. Podemos decir que para cada persona hay un tiempo real y escolar, y que en cada espacio hay una persona que usa su tiempo real y escolar, resultando diferentes conflictos espacio-temporales que dejan por encima la complejidad humana de la simplicidad del actual sistema educativo.

5. EL TIEMPO COMO VARIABLE QUE SE VIVE

Distribuimos nuestro TIEMPO en diferentes clases de tiempos, cada vez surgen más clases de tiempos para encuadrar en nuestro TIEMPO. Es decir, el ser humano vive según unos roles; estos roles se manifiestan en espacios temporales, pero resulta que nuestro tiempo es limitado y, por tanto, nos vemos obligados a limitar nuestros roles.

En el sistema escolar sucede algo parecido, pues vivimos diferentes roles en un mismo tiempo y diferentes tiempos con un mismo rol. Por tanto, el tiempo se experimenta de forma subjetiva y personal y se encuadra en un sistema objetivo. Por consiguiente, la visión que nos queda del tiempo es una experiencia de tiempo negativa, de agobio, de caos... Pero nada más lejos de la realidad, aquello que nos agobia, nos hace negativos, nos caotiza, nos esquizofreniza, no es el tiempo en sí, sino el conflicto que se nos crea al representar nuestros roles dentro de un espacio-tiempo.

6. EL DEBATE SOBRE LA JORNADA ESCOLAR

El debate sobre la jornada escolar se centra en jornadas lectivas de una o de sesión doble. Este debate viene propiciado por el tema de la fatiga escolar. Por un lado tenemos que en un horario comprimido en cinco horas podemos encontrarnos con el agobio, las prisas, que al fin y al cabo tiene efectos en el ser. Por otro lado, tenemos una jornada más dilatada, lo que hace que podamos distribuir nuestro tiempo dentro de la escuela de forma más liviana y agradable.

Las diferencias en el debate sobre estos dos puntos de vista vienen marcados por las concesiones que se tienen del tiempo en nuestra sociedad, por ejemplo, que cuanto más tiempo se dedique más cansancio habrá. Sin embargo, seguimos prefiriendo comprimir aquello que tenemos como obligaciones en el menor número de horas posible. Por otra parte, si dilatamos la jornada escolar, podemos crear nuevos puntos de vista e incluir nuevos tipos de tiempo.


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