Líderes ha habido en todos los tiempos,buenos,malos y regulares,con ciertas capacidades o con ninguna.
Tanto
Hoy en día,algunos creen que el éxito de las organizaciones depende de adaptarse de manera satisfactoria a los nuevos desafíos, y cómo no, de la existencia en las mismas de un líder que las lleve por el camino más acertado. Así pues, muchas de esas organizaciones han incorporado poco a poco, nuevos modelos organizacionales, llegando a crear estructuras menos rígidas y verticales,en las cuales la figura del gerente está siendo reemplazada por la del líder, y es ahí donde el papel de "lo femenino" es clave.
Los y las dirigentes actuales ya no aspiran a romper "techos de cristal", si no que desean abrir nuevas ventanas y van a encontrar sus propios modos de dirigir, basándose en otros valores y adoptando unos roles, los cuales mayoritariamente han sido considerados como femeninos.
También hay que tener en cuenta que en la mujer habita un enorme espíritu de superación; ya que intentamos no partir del lamento o de la queja, siendo tenaces para enfrentarnos a situaciones adversas, estando al mismo tiempo alertas ante cualquier oportunidad.
El liderazgo femenino se ha dado a lo largo de la historia, y han sido muchas las mujeres "líder", que han hecho ostentación del mismo; desde Juana de Arco, pasando por Agustina de Aragón, Rosa Luxemburgo, Eva Perón, Golda Meir, Margaret Thacher, Megawati Sukarnoputri,etc.
A todas ellas se les han presentado múltiples obstáculos para poder alcanzar el poder; pero en el presente, hay pensadores que hablamos de la existencia de unos cambios emergentes en lo que denominamos como "la teoría del liderazgo", y vendría a dar lugar a "el liderazgo femenino".
Antes,en el pasado, a las mujeres nos enseñaban que nuestra única forma de dirigir era imitar los métodos utilizados por los miembros de la antigua red autoritaria masculina.
Esas mujeres decían ser jardineras en el trabajo, nutriendo, regando, haciendo que otros crecieran; pero siempre teniendo en cuenta que las personas en quienes confiaban, a quienes valoraban y respetaban, siempre hacían mejor su trabajo.
Así, por ejemplo, John Naisbitt y Patricia Aburdene han comentado que "las mujeres pueden transformar el lugar de trabajo expresando, y no renunciando a sus valores personales". Helgensen también descubrió que las mujeres tendemos a ver más a largo plazo, y que vemos nuestro trabajo como un elemento más de nuestra propia identidad, ya que programamos momentos y lugares regulares para compartir información y valoramos estar en el centro de las cosas, facilitando de ese modo la comunicación.
Todavía en los años 80 se creía que la estructura perfecta de las organizaciones era la piramidal, siendo considerada como insustituible. En este ambiente, la mujer se vio obligada a elaborar su propio estilo de liderazgo, llegando a recurrir en muchas ocasiones a estilos de mando netamente masculinos.
Hoy en día, parece ser que las características del nuevo líder deberán de ser: La franqueza, la confianza, la capacitación permanente y la comprensión, elementos que las mujeres han incorporado a su estilo de liderazgo, el cual reemplaza al arquetipo de la pirámide clásica de corte militar.
Y ya para acabar haré mención de una frase de Sandi Redenbach (experta en liderazgo): "El líder debe de ser un coleccionista de sueños, esperanzas y deseos".
Así pues estaremos ante una nueva concepción del liderazgo, en la que la creatividad y la sensibilidad están presentes en esta nueva forma de liderar, juntamente con el elemento de la comunicación y el respeto, además de sentirse como un auténtico aprendiz, que puede beber de las aguas de sus subordinados, que más que subordinados serán colegas.
Pero a veces existen obstáculos para que ese liderazgo pueda ser llevado a cabo, sobre todo por las mujeres, como puede ser por: La falta de igualdad en los salarios, la discriminación a diferentes niveles, la sensación de aislamiento,la existencia de estereotipos, y el efecto del techo de vidrio (Ann Morrison conceptualizaría esta idea para referirse a la barrera trasparente, o a la forma de discriminación sutil que hay contra las mujeres, la cual impide que lleguemos a ciertos puestos de responsabilidad por el único hecho de ser mujeres).
Debemos de tener en cuenta que las mujeres lo tenemos difícil, pero que el futuro es prometedor ya que en muchas empresas y en otro tipo de organizaciones, el liderazgo femenino está de moda, interesa.Yo animaría a los varones que regentan las instituciones y entes públicos o privados, a que nos dejaran las puertas abiertas, y sobre todo que nos permitieran sentarnos junto a ellos, facilitando de ese modo el futuro de las generaciones venideras.
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