CALIDAD TOTAL

martes, 15 de enero de 2008


Calidad, se define como un conjunto de cualidades que constituyen la manera de ser de una persona o cosa. Tanto las personas como las organizaciones intentan desarrollar las mejores cualidades para definir su ser, esta reflexión nos permite visualizar la evolución de la Calidad en el ámbito empresarial, desde el concepto puramente aplicado al producto, a un concepto integral que engloba a toda la organización y que denominamos Calidad Total, ser de la organización.


En la recta final del Siglo XX, la introducción de un modelo de Calidad Total en la gestión empresarial es sinónimo de competitividad y en muchos casos el único método de evolución organizacional que permite alcanzar mejores resultados de forma eficaz y con las necesarias garantíaS en su aplicación.

Su principal objetivo es la satisfacción del cliente mediante la concurrencia de tres factores claves en la gestión empresarial: la satisfacción de las personas integradas en la organización: motivación y la satisfacción del accionista: beneficios. Con este fin, el curso trata de desarrollar mediante una metodología en Autoformación la divulgación del Modelo Europeo de Calidad Total (EFQM), dirigido a Gerentes y Directivos de Pymes, para su sensibilización y puesta en práctica de un Plan en el que identificará y priorizará los objetivos y acciones de mejora.

La Calidad Total potencia la correcta administración de los recursos disponibles en la empresa y el estímulo de la creatividad de las personas que la componen.

EDUCACIÓN TOTAL



Si alguna empresa tiene de dónde sacar para fortalecer su misión y crear nuevos paradigmas, es la educación.

Una educación de calidad es una educación que desarrolla muchas cualidades en la persona para que sea un ser humano concreto de calidad. La educación está para ayudar a ser a cada educando una persona de calidad o, dicho de otro modo, para que los educandos alcancen la Calidad Total personal.

Es un proceso activo, no sólo pasivo o receptor de enseñanzas. Es un proceso de perfeccionamiento intencional del hombre en el que la meta es muy alta porque las posibilidades son muchas. El agente principal de este proceso es el educador, en el que también interviene activamente el educando, y es un proceso de mejoramiento continuo, como es el proceso de mejoramiento permanente de calidad.

En el área de la pedagogía sabemos muy bien la huella personal que pueden dejar los conocimientos de "humanidades", si penetran a fondo y si no se separan de la realidad vital que todos vivimos día a día. Es una cuestion de enfoque, de saber encontrar la clave adecuada que abre horizontes sorprendentes: siempre la sorpresa y la preplejidad como clave del conocimiento que deja huella en la persona y no se olvida después del exámen. Lo cual requiere que los formadores, se propongan, no sólo en teoría sino en la práctica más práctica de las aulas, aportar en sus necesarias exposiciones eso que no está ni puede estar en los aprendizajes que conllevan los saberes de toda suerte acerca de la formación; lo que lleva a pedir a los estudiantes que aprendan a organizarlos intelectualmente en un todo orgánico; y por otro, a idear situaciones de aprendizaje que les permitan incorporarlos a su vida, con convencimiento, mediante unas prácticas adecuadas.

EQUIFINALIDAD

En un sistema, los "resultados" (en el sentido de alteración del estado al cabo de un período de tiempo) no están determinados tanto por las condiciones iniciales como por la naturaleza del proceso o los parámetros del sistema.


La conducta final de los sistemas abiertos está basada en su independencia con respecto a las condiciones iniciales. Este principio de equifinalidad significa que idénticos resultados pueden tener orígenes distintos, porque lo decisivo es la naturaleza de la organización. Así mismo, diferentes resultados pueden ser producidos por las mismas "causas".

Por tanto, cuando observamos un sistema no se puede hacer necesariamente una inferencia con respecto a su estado pasado o futuro a partir de su estado actual, porque las mismas condiciones iniciales no producen los mismos efectos.

Por ejemplo, si tenemos:
Sistema A: 4 x 3 + 6 = 18
Sistema B: 2 x 5 + 8 = 18

Aquí observamos que el sistema "A" y el sistema "B" tienen inicios diferentes (4) y (2), y que, cada uno, tiene elementos diferentes al otro. Sin embargo, el resultado final es el mismo (18).

Veamos, ahora, otro ejemplo.
Sistema X: 9 x 1 + 7 = 16
Sistema Y: 9 + 1 x 7 = 70 ,

Aquí observamos que el sistema "X" y el sistema "Y" tienen igual origen y, además, están compuestos por iguales elementos y en el mismo orden. Sin embargo, el resultado final es diferente: (16) y (70).

¿De qué depende el resultado en cada uno de los casos anteriores? No depende ni del origen ni de los componentes del sistema (números) sino de lo que "hacemos con los números"; es decir, de las operaciones o reglas (sumar o multiplicar).

Pues bien, este ejemplo nos sirve como analogía para entender el concepto de equifinalidad. El funcionamiento de una familia como un todo, no depende tanto de saber qué ocurrió tiempo atrás, ni de la personalidad individual de los miembros de la familia, sino de las reglas internas del sistema familiar, en el momento en que lo estamos observando.

ENTROPÍA, PROCESOS REVERSIBLES Y PROCESOS IRREVERSIBLES

Vamos a imaginar que tenemos una caja con tres divisiones; dentro de la caja y en cada división se encuentran tres tipos diferentes de canicas: azules, amarillas y rojas, respectivamente. Las divisiones son movibles así que me decido a quitar la primera de ellas, la que separa a las canicas azules de las amarillas. Lo que estoy haciendo dentro del punto de vista de la entropía es quitar un grado o índice de restricción a mi sistema; antes de que yo quitara la primera división, las canicas se encontraban separadas y ordenadas en colores: en la primera división las azules, en la segunda las amarillas y en la tercera las rojas, estaban restringidas a un cierto orden.

En el ejemplo anterior de la caja con separaciones y canicas, vamos a explicar qué es un proceso reversible y qué un proceso no reversible.

Llamamos proceso reversible al que se puede invertir y dejar a nuestro sistema en las mismas condiciones iniciales. Teniendo en cuenta

nuestra caja ya sin las separaciones, tenemos a las canicas revueltas unas con otras, es decir, sin un orden. Si el proceso que efectuamos de quitar las divisiones fuera reversible, las canicas tendrían que ordenarse espontáneamente en azules, amarillas y rojas, según el orden de las divisiones. Esto no ocurrirá.

El proceso que efectuamos con nuestra caja de canicas fue un proceso no reversible, en donde una vez terminado, el orden que había en las condiciones iniciales del sistema ya nunca volverá a establecerse. El estudio de este tipo de procesos es importante porque en la nauraleza todos los procesos son irreversibles.

Imaginaros que todo volviera al principio.....a su estado u orden inicial.

LA LEY DE LA ENTROPÍA

Vale la pena que nos pongamos a estudiar las leyes que nos gobiernan y que muy poco conocemos de ellas, este es el caso de la Ley de la Entropía. Pareciera que se tratara de estudiar Física y que esta ley nada tiene que ver con nuestra manera de ser y actuar, más no es así. Esta ley de la entropía rige nuestra conducta también.

Bien conocido es por los estudiantes, que esta Ley actúa por ejemplo, en dos recipientes con agua, si los colocamos juntos, uno con agua caliente y el otro con agua fría, la entropía se precipita en ellos y la temperatura se iguala en los dos recipientes.

Muy similarmente, las relaciones que tenemos con los demás, hace que en la manera de ser, nos igualemos, si “fulanito de tal” es muy nervioso y nosotros convivimos muy a menudo con el, la entropía se precipita y terminamos nerviosos también; si este es corajudo y “truena y relampaguea” constantemente y lo frecuentamos mucho, terminamos –sin darnos cuenta–, “tronando” y “relampagueando” de igual forma.

De esta manera todo el mundo estamos tomando costumbres negativas como el alcoholismo, la drogadicción, el robo, le maledicencia, etc. etc.

Si en una biblioteca –por ejemplo– no existiera un principio ordenador (que en este caso es el bibliotecario) la entropía actuaría en ella y poco a poco, libro tras libro, entraría en desorden, hasta que no se pudiera encontrar absolutamente nada. Basta que le echemos una ojeada a nuestra recamara o veamos la de alguien cercano a nosotros, (y si en algún tiempo no hay orden) como para ver cómo actúa la entropía desordenándolo todo.

Esto nos invita a pensar que debe existir dentro de nosotros un principio ordenador que nos ayude a vencer esta ley y no actuar cada vez más en forma desagradable, en forma inarmónica, que afecta la relación con nuestra pareja, con nuestros hermanos, con nuestros hijos.

Ese principio ordenador surge en nosotros cuando estamos dispuestos a establecer en sí mismos “El Sacrificio”, es obvio que nos estamos refiriendo enfáticamente, a sacrificar nuestras propias pasiones animales, nuestros deseos insanos, nuestras emociones negativas, etc.

Algo que nos pone a pensar con relación a esto, es el Dios Mitra de la mitología antigua; se le ve esculpido en varias iglesias sacrificando un toro, la sangre que emana cae en tierra y de ella brotan flores. El toro representa los elementos inhumanos que debemos sacrificar (orgullo, soberbia, ira, miedo, pereza, envidia, etc.) y al sacrificarlos vienen por si solas las virtudes del alma (flores). Esta misma idea nos la dan los sabios aztecas y mayas cuando hablan de los sacrificios, que lejos de tratarse de sacrificar prisioneros como normalmente pensamos, se aludía normalmente al sacrificio de las pasiones humanas, es decir el Auto Sacrificio.

Normalmente nosotros estamos dispuestos a sacrificar un bien cuando se trata de nuestros hijos, pero muy rara vez, estamos dispuestos a sacrificar nuestros dolores, nuestros sufrimientos, parece mentira, pero estamos aferrados a estos. Para “prueba basta un botón”, nos dice la filosofía popular, véase que a cada rato estamos contando a nuestros semejantes, “cómo hemos sufrido”, “los trabajos que nos costo ser lo que somos”, etc. estos demuestra que al relatar esto, no sentimos más importantes, más exóticos, más experimentados. Lamentablemente todo esto hace que desgastemos cantidades enormes de energía psíquica y emocional.

Si realmente buscamos ser felices en la vida y encontrar un equilibrio interior, busquemos una lucha, no contra los demás, sino contra si mismos, contra nuestros defectos, y así seguro la encontraremos.

TERESA BARDISA: LA FALACIA DE DEFINIR AL CENTRO COMO UNA COMUNIDAD ESCOLAR


La falacia de definir al centro como una comunidad escolar: la ausencia de participación de los actores

La escuela está compuesta de una serie de interacciones segmentadas de grupos unidos por intereses comunes, proyectos, deportes, actividades organizadas no excluyentes y voluntarias, lo que constituye un tipo de redes que debería dar identidad a la institución y una cultura particular diferenciadora. La realidad muestra el difícil acoplamiento y la lucha de intereses diversos, y, a veces, enfrentados.

Los padres ¿meros convidados de piedra?

Acceden a la información pero tienen problemas para ser aceptados y escuchados en los órganos colegiados.

El claustro de profesores es la guardia pretoriana; sus reticencias ante la presencia de los padres es evidente. Los profesores afirman que su presencia es inútil porque no saben, es decir, porque carecen del conocimiento experto que ellos poseen como profesionales de la enseñanza (y aunque los padres lo tuvieran, como a veces ocurre, sus opiniones serían vistas más como una fiscalización o reto que como una ayuda desinteresada) y los padres cuestionan, ¡aquellos que se atreven!, cosas que según los profesores son poco pertinentes:

«Existe un modelo elitista de profesionalidad docente que acentúa las diferencias de status y la distancia respecto a los clientes, el cual ve en la participación de los padres y estudiantes una amenaza al ejercicio profesional» (San Fabián, 1992:91).

La relación queda definida en los límites de la relación «pseudo-didáctica»; todo el conocimiento experto de la disciplina académica queda expresado por parte del docente en términos técnicos o simplistas, reducidos a descripciones personales y vagas —«su hijo/a no sabe, o no estudia»— y no en argumentos aprehensibles que expliquen y sirvan de ayuda para la mejora del conocimiento del estudiante, y menos aún del papel que desempeña el hijo en la institución entendida como un todo. En el intercambio, el centro como institución, y sobre todo su organización, «no existe», así como tampoco el contexto, ni los grupos que interaccionan, ni los medios de que dispone el centro, etc.; todo ello se ignora. El análisis se circunscribe casi de forma exclusiva a las relaciones en el aula y al «buen/mal» comportamiento del hijo/a en ella.

A los padres se les recuerda con excesiva frecuencia su desconocimiento acerca del funcionamiento del centro, de las competencias legales atribuidas a cada estamento, de las normas dictadas por la Administración o de las que se han elaborado para el centro, y, en general, se les persuade para que no rompan la «buena armonía reinante» ni la cultura tradicional del centro.

Los padres, ante el muro en el que puede leerse «nosotros somos quienes tenemos el conocimiento experto, la experiencia y el poder», generalmente renuncian a mantener un enfrentamiento directo o una actitud crítica para plantear o reivindicar un cambio en las relaciones entre los distintos sectores, o una mejora en las prácticas de los docentes o de la dirección.

El alcance de la participación de los padres es un reflejo de su clase social, raza y grupo étnico. Wilcox explica claramente el carácter de estas relaciones:

«Aparentemente los profesores y los administradores tienden a temer la intrusión de los padres en el dominio de la escuela, previendo sus interferencias, sus críticas y su hostilidad. Tienden a dar la bienvenida sólo a los padres y a las asociaciones de padres que les ayudan directamente. El poder social y el status de algunos grupos de padres facilita su penetración a través de los muros de la escuela, hayan sido invitados o no, para conseguir que sus quejas sean oídas. Dado que las necesidades de los padres y los hijos de la clase baja y de las minorías tienden a estar menos atendidas por parte de la escuela y requieren un cambio sustancial, esta dinámica funciona doblemente para retardar el cambio: la crítica que puede apuntar a la necesidad del cambio se ve impedida por la junta directiva, y los que tienen más necesidad de cambio desisten de su intento» (Wilcox, 1994:114).

La cultura del individualismo docente

Podríamos pensar que los padres son de alguna forma excluidos de las decisiones de la institución, pero que, en cambio, los profesores están fuertemente involucrados en ella. Los datos nos muestran que también los profesores, aunque por otras razones, son excluidos o se autoexcluyen de numerosas decisiones políticas que afectan al centro.

Los profesores limitan su identidad profesional al trabajo que realizan en el aula, sanctasanctorum donde ejercen un poder casi absoluto sobre la enseñanza que imparten; esta autonomía se extiende también a la relación con los alumnos, e incluso frente a otros colegas de departamento y de claustro: «La educación está entre las últimas vocaciones en las que es legítimo todavía trabajar uno mismo en un espacio seguro contra los invasores» (Rudduck, 1991:31). La comunidad está fuera del centro, y, por supuesto, fuera del aula. Es ese modo de ejercer la privacidad de la profesión lo que da entidad a los docentes. El centro se convierte en reino de taifas. No aglutina el contexto (tan revalorizado en los discursos de los últimos tiempos), ni los objetivos supuestamente concertados recogidos en el proyecto de centro, ni el tipo de alumnos que acude a la institución. El director, por otra parte, desea la integración como adhesión a las políticas defendidas por la dirección, sin renunciar al dominio con el que desea ejercer el control del cual depende la «estabilidad» de la organización. Entre ambas posiciones, que guardan estrecha relación con los estilos de liderazgo desempeñados por los directores, transcurre la lucha por la autonomía de los docentes.

El celularismo, ese conjunto independiente de aulas que aparentemente dan sentido a las organizaciones escolares, va asociado a la incertidumbre, y, ambos, aislamiento e incertidumbre, a aprender poco unos colegas de otros.

La dispersión se produce por asociación cercana con alguno de los colegas, formando grupos separados y a veces compitiendo entre ellos. Generalmente, son grupos que trabajan de forma próxima y cotidiana, gastan más tiempo y se socializan a menudo en la sala de profesores. Los grupos se forman no sólo entre los conservadores sino también entre los innovadores. Es una característica de la cultura de los centros de secundaria por su estructura departamental, aunque también se produce entre los grupos de infantil y primaria en los centros donde se imparten ambos niveles.

En definitiva, el trabajo de los profesores con tan marcado carácter de insularidad y de falta de coordinación no permite una visión colegiada en la que los fines educativos, la selección del currículo y la organización sean el trípode sobre el que se asiente el centro. No hay, por lo tanto. una comunidad interna que se refleje, a su vez, en la externa, con las denominadas señas de identidad. El director, desde este modelo, dirige los espacios externos a las aulas. Toma decisiones sobre aspectos considerados periféricos: comedor, transporte, actividades extracurriculares en las que, curiosamente, sí opinan y deciden los padres, sobre todo si su asociación es quien las financia.

Además, quienes no forman parte del equipo directivo se sienten excluidos de los aspectos importantes de la toma de decisiones. Construir el consenso significa proponer actividades, poder contratar profesores con valores comunes, un ideal de tiempo y esfuerzo, y quizás un entorno menos diverso.

Una estrategia radical, cuando las estructuras impiden tal cambio, consiste en establecer nuevos roles o responsabilidades entre los miembros de la organización.

Pseudoparticipación docente y ausencia de identificación con el centro escolar

La lucha entre autonomía y control hunde sus raíces, en una perspectiva negativa, en el individualismo eufemísticamente reivindicado como «libertad de cátedra» (pertinente cuando la libertad de expresión es impedida o cercenada), y, en una perspectiva más optimista, en el desarrollo profesional que conduce a la innovación crítica. Los profesores valoran su autonomía y renuncian a ella con desgana. La autonomía estructural puede ir asociada a la denominada autonomía conceptual, es decir, una posición individualista ante un conjunto de creencias sobre la enseñanza que puede ser ampliamente intuitivo, y una forma limitada de profesionalidad. Pero, como explicábamos antes, esa autonomía «concedida» por la dirección suele ser una trampa sutil en la que pueden caer los docentes, quienes afirman satisfechos: «en mi aula no se mete nadie; nadie me dice lo que tengo que hacer; nadie controla lo que hago; tengo autonomía», sin darse cuenta que tal actitud autocomplaciente les impide participar en las decisiones globales y en el control del gobierno del centro.

Al mismo tiempo, puede darse el caso contrario: que los profesores deseen participar en la definición institucional de la escuela, produciéndose así un equilibrio entre autonomía y control y un punto de equilibrio en un sistema débilmente articulado, que, como contrapartida, relacione el trabajo profesional en el aula con los fines colectivos de la escuela (Hoyle, 1986:120). También pueden desear alterar las relaciones sociales en su interior, lo que dependerá del grado de cohesión de quienes se enfrenten al poder jerárquico establecido.

Un cierto riesgo se produce cuando los directores definen en solitario las metas del centro, porque puede entenderse como una amenaza para el profesor individual y porque, salvo que posea un carisma especial (cosa que raramente acontece) con el que atraiga a la comunidad hacia sus grandiosos planteamientos, los demás miembros de la comunidad pueden defenderse contra ellos con la crítica, y, a menudo, con el humor y la ridiculización.

Los profesores pueden identificarse con la escuela como un todo en un nivel simbólico, lo que es bastante distinto de una identificación más específica de la escuela como organización.

Las voces silenciadas de los alumnos

Podemos preguntarnos si los centros educativos son organizaciones en las que los alumnos aprenden a ejercer el derecho y la responsabilidad que requiere la participación en las decisiones que les incumben, y si en tales instituciones encuentran el clima, el tiempo y el espacio adecuados para ejercerlos: «Una cosa son los fines que el sistema social marca para la escuela y otra, a veces bien distinta, los efectos que esta escuela tiene sobre los sujetos a los que debe socializar» (Rivas, 1992:79).

«¿Proporciona la educación los conocimientos y la experiencia vivida para poder enjuiciar los acontecimientos políticos, sociales y culturales, etc., y, en consecuencia, decidir sobre temas de su comunidad?» (de Puelles, 1986:456).

Los valores que los alumnos aprenden en la escuela a través de las relaciones en el aula podrían ayudarles a comprender y a actuar desde una perspectiva participativa. Pero, en general, las prácticas del aula no la propician. Los alumnos siguen en los centros escolares tres procesos diferentes, como ya hemos explicado en otras ocasiones (Bardisa, 1995):

  • El aprendizaje de los llamados contenidos transversales del currículo en los que se aborda la «educación para la convivencia» o alguna denominación similar, a través de los cuales el alumno realiza un aprendizaje formal de lo que son los elementos constitutivos y las actitudes y valores que exige una democracia.
  • El aprendizaje que realiza en la vida escolar cotidiana en el aula y en el centro, interviniendo e involucrándose y decidiendo sobre aspectos curriculares, organizativos y de relaciones sociales y culturales.
  • El aprendizaje que desarrolla mediante los cauces organizativos establecidos en la legislación escolar, al permitírsele, en mayor o menor grado, participar en la elección de sus representantes en los órganos colegiados de decisión.

La realidad permite preguntarnos lo siguiente: ¿Resulta cínico hablar de educación para la convivencia si ésta queda reducida a una enseñanza teórica que los alumnos no reconocen como práctica cotidiana en el centro? ¿Cómo puede explicarse el alumno que la escuela separe el pensamiento conceptual, que se le presenta como parte de su formación, de la puesta en práctica de esos mismos principios? ¿Son sus voces silenciadas? O, peor aún, ¿cómo, qué, ante quién y cuándo pueden hablar? ¿Sobre qué ideas, cosas, relaciones...pueden opinar, proponer, criticar, reclamar, rechazar...?

A través de su propia interacción, los alumnos construyen valores, modos de comportamiento, roles propios de su sistema social, tipos de liderazgo, etc., al margen o a partir de la normativa formal de la institución. Elaboran una estructura de significados, un sistema de códigos y señales no siempre reconocibles por los profesores. «Establecen sus propios tipos de liderazgo, sus propios héroes y heroínas, así como los mitos y leyendas que establecen patrones de actuación cultural en el aula» (Rivas, 1992:133), y, desde nuestra perspectiva y por extensión, en el conjunto de la escuela.

A pesar de que formal y jurídicamente los alumnos tienen diferentes vías para intervenir en las actividades del centro, la realidad, analizada por Fernández Enguita (1992; 1993) y por Velázquez (1994), muestra que los representantes, los delegados y miembros de los consejos escolares españoles ejercen sus derechos de forma vicaria:

«La representación e intermediación ejercidas por los delegados se constituyen como alternativas a la formulación directa de opciones por el colectivo a los distintos subcolectivos de alumnos y su negociación directa con los otros estamentos» (Fernández Enguita, 1992:89).

Los problemas y reivindicaciones que plantean los alumnos han de defenderse en los órganos colegiados, y estos se reúnen en intervalos excesivos de tiempo. Así, los temas se «pudren» en el olvido debido al tiempo transcurrido desde el momento que se originan hasta que llegan a la instancia prevista para su resolución. Además, como señala Fernández Enguita, quizás la cadena que se establece desde que surge el conflicto hasta que llega a donde se decide a actuar es frágil y cambiante (los alumnos comunican a los delegados de curso el asunto, «reformulan» las propuestas y las transmiten a los compañeros representantes en el consejo escolar). De este modo, los representantes carecen de legitimidad y de voz ante tales órganos.

Un problema añadido es que puedan realmente intervenir con «naturalidad» ante los demás miembros del consejo escolar si el talante de la relación diaria en aulas y pasillos no está imbuido de confianza y respeto mutuo.

Los alumnos, aunque se unan con los padres, siguen siendo minoría en el consejo escolar. La mayoría, en cambio, los profesores, delimita el terreno de juego y define las reglas ante la impotencia de los alumnos, menos versados en la dinámica de las reuniones formales y en el lenguaje empleado. Los profesores, con más experiencia y manejo del discurso y de las estrategias, dominan la escena y mantienen una actitud paternalista hacia ellos.

Las asociaciones de alumnos, a las que en teoría corresponde animar a la participación, son irrelevantes, apenas influyen en el colectivo de alumnos, y, además, se encuentran con dificultades para funcionar.

Los hábitos participativos se enmarcan en la tolerancia, en el diálogo y la comprensión, en un proceso gradual continuo. Las propuestas realizadas por Gil Villa se dirigen a

«desbloquear la participación de los padres y de los alumnos causada por la hegemonía de los profesores fundamentalmente. Las soluciones pasan, por tanto, por el robustecimiento de las Asociaciones de padres y alumnos y por una información completa y profunda a estos dos colectivos a través de seminarios, charlas u otros tipos de campañas» (Gil Villa, 1995:152).

TERESA BARDISA: CULTURA Y ORGANIZACIONES EDUCATIVAS


El término organización se refiere a un tipo de unidad social característica que lo distingue de otras como pueden ser familias, grupos de pares, tribus, comunidades y estados nacionales (Hoyle, 1996:25). Al describir las organizaciones de un modo tradicional (técnico-racional), se dice de ellas que tienen objetivos relativamente específicos, tareas diferenciadas, clara división del trabajo, estructura para coordinar actividades diversas, autoridad legítima que inviste a ciertos miembros y un conjunto de procedimientos de gestión, todo lo cual permitirá su funcionamiento eficaz (Hoyle, 1986:1). ¿Podemos caracterizar del mismo modo a las organizaciones escolares?

No se cuenta con un cuerpo de conocimiento único y comprensivo de la organización escolar, sino más bien de diversos enfoques teóricos desde los que plantear el análisis sobre la escuela. «Cada enfoque construye una teoría desde un punto de vista que es normativo más que descriptivo» (Glatter, 1986:162), posición que entraña una visión cultural homogénea desde la que todos los problemas educativos pueden resolverse, sea cual sea su origen e independientemente del contexto en el que se presentan.

Podemos destacar, a pesar de todo, que aunque el avance en la comprensión teórica y empírica en sociología de la educación ha sido enorme en las últimas décadas, sin embargo «la sociología de la organización escolar es un campo en el que se ha hecho poco o ningún progreso. Las teorías y los conceptos apenas han cambiado desde los años sesenta» (Ball, 1989:19). Los teóricos de la sociología de las organizaciones, encerrados sobre todo en la teoría de sistemas (perspectiva que se desarrolla de forma paralela al aumento del control y a la petición de cuentas de la Administración educativa), se han centrado más en la prescripción que en la descripción y explicación de los conflictos o contradicciones intraorganizativos que acontecen en las escuelas, por considerar que tales conflictos son patológicos.

En síntesis, podríamos argumentar que aunque los principales modelos teóricos e intuiciones empíricas de la organización condujeron a una mayor comprensión de cierta clase de organizaciones, en concreto de empresas industriales, comerciales y de servicios públicos o grandes burocracias, no mejoró la comprensión de otras como la de las escuelas:

«Las escuelas parecen ser objetos particularmente insatisfactorios para los análisis sociológicos. El esfuerzo por percibir la estructura, totalidad e integridad de la escuela está cargado de tanta dificultad que los sociólogos echan mano de las metáforas» (Tyler, 1982 cit. en Hoyle, 1986:2).

No obstante, la teoría de la organización ha mejorado nuestra comprensión de ciertos aspectos de las escuelas, principalmente aquellos que se centran en la autoridad, la autonomía, la profesionalidad y la toma de decisiones.

CULTURA Y ORGANIZACIONES EDUCATIVAS

lunes, 14 de enero de 2008



"Un hombre vale lo que valen sus relaciones, y las relaciones de propiedad son las menos importantes."

Las escuelas actuales, son escuelas demasiado artificiales; demasiado forzadas. Las relaciones personales no están a la orden del día precisamente, en las escuelas actuales; pasan inadvertidas para los profesores; con la eficacia desmesurada que intentamos que se aplique a la cotidianeidad del saber y del saber vivir, transformando de esta forma las relaciones con el resto de participantes en el sistema educativo. Por otro lado tenemos a los padres que delegan toda la responsabilidad a los profesores, esperando que estos hagan de sus hijos unos hombres y unas mujeres de provecho, y se encuentran con que la realidad es muy llana muy estéril. Por último nos encontramos con los verdaderos damnificados de los sistemas escolares, en mi opinión, de forma incosciente se abusa de la inocencia de estos alumnos que sin saber porqué ni para qué asisten periódicamente a un lugar que no le reporta ningún beneficio aparente ni instantáneo.

Tradicionalmente la función de la educación ha sido transmitir la cultura de una sociedad a las nuevas generaciones. Ha sido siempre un medio para conservar las soluciones aceptadas. Pero ahora parece que la cultura que los adultos hemos creado no es apropiada para los niños, desnaturaliza la infancia. Por eso, los padres y los docentes nos sentimos inermes. La causa no es que lo estemos haciendo mal, sino que la cultura que deberíamos transmitir a nuestros hijos es perturbadora. En un cierto sentido, nunca han estado más protegidos los niños que como lo están en un país desarrollado. ¿De dónde viene entonces esa sensación de que están en peligro? No de los padres, ni de la escuela, sino de la cultura que nos envuelve a todos, y que es inhóspita también para todos.

Tal vez tendríamos que cambiar la dirección de este dinamismo, y en vez de hacer de la educación la transmisora de la cultura existente, necesitemos crear una cultura para la educación, un modo de vida que se pueda enseñar. Algo así como diseñar un mundo en el que nos gustaría que los niños pudieran vivir.

Creo que la base en la que nos tenemos que basar es muy simple AMOR, afecto, cariño, como cada uno lo quiera llamar. No podemos pretender la sobreprotección de nuestros niños, porque les pasaría lo del jilgero; pero tampoco podemos pretender la explotación intelectual, cognitiva y mecanicista, cual robots de películas alentando una educación carente de los valores mínimos y de los afectos mínimos.

Es la hora de crear en la escuela la cultura de la escuela, es la hora de crear la escuela de valores, es muy sencillo, menos distancia entre nosotros; menos riñas y más diálogo; menos diferenciación y más espectación; menos individualismos y más compañerismo.

En definitiva y a modo de resumen, por tanto para concluir....etc....AMOR.



LIDERAZGO FEMENINO



Líderes ha habido en todos los tiempos,buenos,malos y regulares,con ciertas capacidades o con ninguna.

Tanto la Ciencia Política,como la Sociología o la Psicología Social son ciencias sociales que se han encargado de estudiar el liderazgo desde diversos puntos de vista; así por lo tanto,podemos contar con los estudios realizados por Lippit y White, quienes dividen a los líderes en: Autoritarios, paternalistas, laissez-faire (: dejar hacer), democráticos y participativos.También existen otros estilos de liderazgo como: La dimensión de consideración; la dimensión de iniciativa para la estructura; algunos estudios realizados en la Universidad de Michigan (líderes centrados en los empleados y líderes centrados en la producción); la escuela humanista y su tipo de liderazgo basado en la teoría de McGregor de la X y de la Y ; el modelo de contingencia o de la efectividad del liderazgo; la teoría de los caminos de meta (se hablará de: El liderazgo directivo, el liderazgo de apoyo, el liderazgo participativo y el liderazgo centrado en el logro); el modelo de Vroom Yetton;el modelo de creación de roles,etc.

Hoy en día,algunos creen que el éxito de las organizaciones depende de adaptarse de manera satisfactoria a los nuevos desafíos, y cómo no, de la existencia en las mismas de un líder que las lleve por el camino más acertado. Así pues, muchas de esas organizaciones han incorporado poco a poco, nuevos modelos organizacionales, llegando a crear estructuras menos rígidas y verticales,en las cuales la figura del gerente está siendo reemplazada por la del líder, y es ahí donde el papel de "lo femenino" es clave.

Los y las dirigentes actuales ya no aspiran a romper "techos de cristal", si no que desean abrir nuevas ventanas y van a encontrar sus propios modos de dirigir, basándose en otros valores y adoptando unos roles, los cuales mayoritariamente han sido considerados como femeninos.

También hay que tener en cuenta que en la mujer habita un enorme espíritu de superación; ya que intentamos no partir del lamento o de la queja, siendo tenaces para enfrentarnos a situaciones adversas, estando al mismo tiempo alertas ante cualquier oportunidad.

El liderazgo femenino se ha dado a lo largo de la historia, y han sido muchas las mujeres "líder", que han hecho ostentación del mismo; desde Juana de Arco, pasando por Agustina de Aragón, Rosa Luxemburgo, Eva Perón, Golda Meir, Margaret Thacher, Megawati Sukarnoputri,etc.

A todas ellas se les han presentado múltiples obstáculos para poder alcanzar el poder; pero en el presente, hay pensadores que hablamos de la existencia de unos cambios emergentes en lo que denominamos como "la teoría del liderazgo", y vendría a dar lugar a "el liderazgo femenino".

Antes,en el pasado, a las mujeres nos enseñaban que nuestra única forma de dirigir era imitar los métodos utilizados por los miembros de la antigua red autoritaria masculina.

Esas mujeres decían ser jardineras en el trabajo, nutriendo, regando, haciendo que otros crecieran; pero siempre teniendo en cuenta que las personas en quienes confiaban, a quienes valoraban y respetaban, siempre hacían mejor su trabajo.

Así, por ejemplo, John Naisbitt y Patricia Aburdene han comentado que "las mujeres pueden transformar el lugar de trabajo expresando, y no renunciando a sus valores personales". Helgensen también descubrió que las mujeres tendemos a ver más a largo plazo, y que vemos nuestro trabajo como un elemento más de nuestra propia identidad, ya que programamos momentos y lugares regulares para compartir información y valoramos estar en el centro de las cosas, facilitando de ese modo la comunicación.

Todavía en los años 80 se creía que la estructura perfecta de las organizaciones era la piramidal, siendo considerada como insustituible. En este ambiente, la mujer se vio obligada a elaborar su propio estilo de liderazgo, llegando a recurrir en muchas ocasiones a estilos de mando netamente masculinos.

Hoy en día, parece ser que las características del nuevo líder deberán de ser: La franqueza, la confianza, la capacitación permanente y la comprensión, elementos que las mujeres han incorporado a su estilo de liderazgo, el cual reemplaza al arquetipo de la pirámide clásica de corte militar.

Y ya para acabar haré mención de una frase de Sandi Redenbach (experta en liderazgo): "El líder debe de ser un coleccionista de sueños, esperanzas y deseos".

Así pues estaremos ante una nueva concepción del liderazgo, en la que la creatividad y la sensibilidad están presentes en esta nueva forma de liderar, juntamente con el elemento de la comunicación y el respeto, además de sentirse como un auténtico aprendiz, que puede beber de las aguas de sus subordinados, que más que subordinados serán colegas.

Pero a veces existen obstáculos para que ese liderazgo pueda ser llevado a cabo, sobre todo por las mujeres, como puede ser por: La falta de igualdad en los salarios, la discriminación a diferentes niveles, la sensación de aislamiento,la existencia de estereotipos, y el efecto del techo de vidrio (Ann Morrison conceptualizaría esta idea para referirse a la barrera trasparente, o a la forma de discriminación sutil que hay contra las mujeres, la cual impide que lleguemos a ciertos puestos de responsabilidad por el único hecho de ser mujeres).

Debemos de tener en cuenta que las mujeres lo tenemos difícil, pero que el futuro es prometedor ya que en muchas empresas y en otro tipo de organizaciones, el liderazgo femenino está de moda, interesa.Yo animaría a los varones que regentan las instituciones y entes públicos o privados, a que nos dejaran las puertas abiertas, y sobre todo que nos permitieran sentarnos junto a ellos, facilitando de ese modo el futuro de las generaciones venideras.

EL LIDER (TIPOS)


Se han usado muchos términos para definir los estilos de liderazgo, pero tal vez el más importante ha sido la descripción de los tres estilos básicos: el líder autócrata, el líder participativo y el líder de rienda suelta.

  • El líder autócrata: Asume toda la responsabilidad de la toma de decisiones, inicia las acciones, dirige, motiva y controla al subalterno. La decisión se centraliza en el líder. Puede considerar que solamente él es competente y capaz de tomar decisiones importantes, puede sentir que sus subalternos son incapaces de guiarse a sí mismos o puede tener otras razones para asumir una sólida posición de fuerza y control. La respuesta pedida a los subalternos es la obediencia y adhesión a sus decisiones.
  • -El líder participativo: Utiliza la consulta para practicar el liderazgo. No delega su derecho a tomar decisiones finales y señala directrices específicas a sus subalternos pero consulta sus ideas y opiniones sobre muchas decisiones que les incumben. Si desea ser un líder participativo eficaz, escucha y analiza seriamente las ideas de sus subalternos y acepta sus contribuciones siempre que sea posible y práctico.
  • -El líder liberal (Rienda suelta): Delega en sus subalternos la autoridad para tomar decisiones. Espera que los subalternos asuman la responsabilidad por su propia motivación, guía y control. Excepto por la estipulación de un número mínimo de reglas, este estilo de liderazgo, proporciona muy poco contacto y apoyo para los seguidores. Evidentemente, el subalterno tiene que ser altamente calificado y capaz para que este enfoque tenga un resultado final satisfactorio.

TEORÍA GENERAL DE SISTEMAS (TGS)

La Teoría General de Sistemas (TGS) ha sido descrita como: - una teoría matemática convencional - un metalenguaje - un modo de pensar - una jerarquía de teorías de sistemas con generalidad creciente.

Ludwig von Bertalanffy, quien introdujo la TGS, no tenía intenciones de que fuera una teoría convencional específica. Empleó ese término en el sentido de un nombre colectivo para problemas de sistemas.

Según Bertalanffy (1976) se puede hablar de una filosofía de sistemas, ya que toda teoría científica de gran alcance tiene aspectos metafísicos. El autor señala que "teoría" no debe entenderse en su sentido restringido, esto es, matemático, sino que la palabra teoría está más cercana, en su definición, a la idea de paradigma de Kuhn. El distingue en la filosofía de sistemas una ontología de sistemas, una epistemología de sistemas y una filosofía de valores de sistemas.

La ontología se aboca a la definición de un sistema y al entendimiento de cómo están plasmados los sistemas en los distintos niveles del mundo de la observación, es decir, la ontología se preocupa de problemas tales como el distinguir un sistema real de un sistema conceptual. Los sistemas reales son, por ejemplo, galaxias, perros, células y átomos. Los sistemas conceptuales son la lógica, las matemáticas, la música y, en general, toda construcción simbólica. Bertalanffy entiende la ciencia como un subsistema del sistema conceptual, definiéndola como un sistema abstraído, es decir, un sistema conceptual correspondiente a la realidad. El señala que la distinción entre sistema real y conceptual está sujeta a debate, por lo que no debe considerarse en forma rígida.

La epistemología de sistemas se refiere a la distancia de la TGS con respecto al positivismo o empirismo lógico. Bertalanffy, refiriéndose a si mismo, dice: "En filosofía, la formación del autor siguió la tradición del neopositivismo del grupo de Moritz Schlick, posteriormente llamado Círculo de Viena. Pero, como tenía que ser, su interés en el misticismo alemán, el relativismo histórico de Spengler y la historia del arte, aunado a otras actitudes no ortodoxas, le impidió llegar a ser un buen positivista. Eran más fuertes sus lazos con el grupo berlinés de la Sociedad de Filosofía Empírica en los años veintitantos; allí descollaban el filósofo-físico Hans Reichenbach, el psicólogo A. Herzberg y el ingeniero Parseval (inventor del dirigible)". Bertalanffy señala que la epistemología del positivismo lógico es fisicalista y atomista. Fisicalista en el sentido que considera el lenguaje de la ciencia de la física como el único lenguaje de la ciencia y, por lo tanto, la física como el único modelo de ciencia. Atomista en el sentido que busca fundamentos últimos sobre los cuales asentar el conocimiento, que tendrían el carácter de indubitable.
Por otro lado, la TGS no comparte la causalidad lineal o unidireccional, la tesis que la percepción es una reflexión de cosas reales o el conocimiento una aproximación a la verdad o la realidad. Bertalanffy señala "[La realidad] es una interacción entre conocedor y conocido, dependiente de múltiples factores de naturaleza biológica, psicológica, cultural, lingüística, etc. La propia física nos enseña que no hay entidades últimas tales como corpúsculos u ondas, que existan independientemente del observador. Esto conduce a una filosofía ‘perspectivista’ para la cual la física, sin dejar de reconocerle logros en su campo y en otros, no representa el monopolio del conocimiento. Frente al reduccionismo y las teorías que declaran que la realidad no es ‘nada sino’ (un montón de partículas físicas, genes, reflejos, pulsiones o lo que sea), vemos la ciencia como una de las ‘perspectivas’ que el hombre, con su dotación y servidumbre biológica, cultural y lingüística, ha creado para vérselas con el universo al cual está ‘arrojado’ o, más bien, al que está adaptado merced a la evolución y la historia".

La filosofía de valores de sistemas se preocupa de la relación entre los seres humanos y el mundo, pues Bertalanffy señala que la imagen de ser humano diferirá si se entiende el mundo como partículas físicas gobernadas por el azar o como un orden jerárquico simbólico. La TGS no acepta ninguna de esas visiones de mundo, sino que opta por una visión heurística.

Finalmente, Bertalanffy reconoce que la teoría de sistemas comprende un conjunto de enfoques que difieren en estilo y propósito, entre las cuales se encuentra la teoría de conjuntos (Mesarovic) , teoría de las redes (Rapoport), cibernética (Wiener), teoría de la información (Shannon y Weaver), teoría de los autómatas (Turing), teoría de los juegos (von Neumann), entre otras. Por eso, la práctica del análisis aplicado de sistemas tiene que aplicar diversos modelos, de acuerdo con la naturaleza del caso y con criterios operacionales, aun cuando algunos conceptos, modelos y principios de la TGS –como el orden jerárquico, la diferenciación progresiva, la retroalimentación, etc.– son aplicables a grandes rasgos a sistemas materiales, psicológicos y socioculturales.



KARL LUDWIG VON BERTALANFFY

Nació el 19 de Septiembre de 1901, en Atzgersdorf una pequeña villa cerca de Viena y falleció el 12 de Junio de 1972 en Búfalo, Nueva York.

Fue educado por tutores privados en su casa hasta los 10 años, edad a la que comenzó a recibir educación formal. Quizás en parte debido a este hecho, el pequeño Ludwig comenzó la escuela con muchas ventajas académicas. Esas ventajas fueron tales, que pudo aprobar sus exámenes con honores a pesar de una pobre atención a sus clases. Sus registros de atención reflejan deseos de continuar sus estudios en casa en lugar de gastar tiempo en ir a tomarlas.

De todos modos, su continuo estudio en casa tendió a perpetuar su superioridad intelectual.

Sus intereses se desarrollaron tempranamente y siempre fueron amplios. Ellos abarcaron desde experimentos hasta biología teórica, pasando por filosofía de las ciencias y del hombre, psicología y psiquiatría, teoría del simbolismo, historia y una gran variedad de problemas sociales. También un tópico arcano como el origen del servicio postal en la edad media. En la mayoría de los campos encarados, fue un verdadero pionero, con ideas que se adelantaban a las visiones dominantes de sus tiempos.

Recibió su PhD (Doctorado) en la Universidad de Viena en 1926. Estudió a Jean Lamarck, Darwin, Haeckl, Marx y otros. También fue Profesor de biología teórica en la Universidad de Edmonton (1961-1969).

Fue pionero en la concepción "organicista" de la biología, concepción que trascendió la dicotomía "mecanicista vs. vitalista" en la explicación de la vida, a través de la consideración del organismo como un sistema abierto, dotado de propiedades específicas capaces de ser investigadas por la ciencia.

La concepción conjunta entre los conceptos de niveles de organización y del activo como opuesto al organismo pasivo (o reactivo), constituyó una declaración temprana de una teoría holística de la vida y la naturaleza. Este concepto encontró resistencia general en los biólogos experimentales que pretendían explicar los procesos de la vida mediante la investigación física y química de las leyes a niveles subcelulares.

El tema resurgió en los años sesenta en los debates sobre si la vida fue finalmente explicada en los términos de las propiedades del ADN y de las leyes de la biofísica y bioquímica.

Aunque tomó parte activa en los debates sobre reduccionismo, su concepción organicista fue ampliamente ignorada.

El concepto organicista de la vida elaborado por Bertalanffy dentro de una Teoría General de la Biología, más tarde llegó a ser el fundamento para la Teoría General de los Sistemas. El desarrollo fue lógico: La concepción organicista se refirió al organismo como un sistema organizado y definido por leyes fundamentales de sistemas biológicos a todos los niveles de organización. La tarea fue tomada por Bertalanffy quien, interesado en las amplias implicaciones de su concepción, fue más allá de la biología para considerar la psicología y los niveles de organización sociales e históricos.

Concibió una teoría general capaz de elaborar principios y modelos que fueran aplicables a todos los sistemas, cualquiera sea la naturaleza de sus partes y el nivel de organización. Bosquejó el armazón para tal teoría en un seminario de Charles Morris en la Universidad de Chicago en 1937 y más tarde en lecturas en Viena.

La publicación del manuscrito en el cual la teoría fuera descrita por primera vez, fue impedida por la agitación general al final de la II Guerra Mundial. Von Bertalanffy primero publicó un "paper" sobre la misma titulado "Zu einer allgemeinen Systemlehre" en 1949. Seguido al año siguiente por la "Teoría de los sistemas abiertos en Física y Biología" y un "Bosquejo de la Teoría General de Sistemas".

La formulación clásica de los principios, alcances y objetivos de la teoría fueron dados en "La Teoría General de Sistemas" y desarrollados en gran detalle en 1969 en el libro del mismo título. Von Bertalanffy utilizó estos principios para explorar y explicar temas científicos y filosóficos, incluyendo una concepción humanista de la naturaleza humana, opuesta a la concepción mecanicista y robótica.

Su último nombramiento fue el de Profesor en el Centro de Biología Teórica de la Universidad Estatal de Nueva York en Búfalo, en 1969. Ludwig von Bertalanffy falleció en 1972.

GARETH MORGAN "IMÁGENES DE ORGANIZACIONES"


Las imágenes nos muestran los modelos de organización que forman parte de la evolución histórica del trabajo de los seres humanos. Los múltiples enfoques investigados tenían la intención de ir incorporando conocimientos cientificos a estas actuaciones. De manera que podemos reconocer imágenes como las siguientes.

Máquina

Las organizaciones han sido diseñadas y funcionan como máquinas, o lo que es lo mismo BUROCRACIA. Esto es así, por el modo mecanicista de nuestro pensamiento, que conforma nuestro concepto básico de lo relativo a una organización. Cuando hablamos de organización, nuestro pensamiento nos lo muestra como "un conjunto de relaciones ordenadas entre las partes diferentes". Este pensamiento de organizaciones como máquinas hace que esperemos que éstas se comporten de aquella manera de forma; turinaria, eficiente, exacta y predecible.


Organismo

Cuando pensamos en las organizaciones como organismos, pensamos en sistemas vivos, existiendo en un medio ambiente del cual dependen para satisfacer sus variadas necesidades. Sin embargo notamos distintas especies de organizaciones en diferentes clases de ambientes o entornos. Por tanto, podemos encontrar como algunas organizaciones están mejor adaptadas a unas condiciones específicas que otras.


Cerebros

El cerebro se nos presenta como una metáfora de organización. Las organizaciones necesitan un cerebro, capaz de pensar por el resto de la organización y controlar e integrar cualquier actividad organizacional.


Cultura


Es el modo de vida que especifica cada comunidad humana como propio. La idea de organización, forma parte de un fenómeno cultural que varía según el estado de desarrollo de la sociedad. Al variar las culturas de unas naciones a otras, se produce también una variación en la organización.


Sistemas de Gobierno

La política cotidiana de la vida organizativa. La mayoría de la gente que trabaja en una organización fácilmente admite en privado que están rodeados de formas de "negociaciones", a través de las cuales, las personas distintas intentan conseguir intereses específicos.


Prisiones psíquicas

Los seres humanos tienen el don de quedarse atrapados en la telaraña de sus propias creaciones. Las organizaciones son un fenómeno psíquico, en el sentido de que están creadas y alimentadas en ultima instancia por procesos conscientes e inconscientes, con la noción de que la gente puede llegar a estar realmente influida o limitada por las imágenes, ideas, pensamientos y acciones.


Sistemás dinámicos

Heráclito "nadie puede bañarse dos veces en el mismo río, pues las aguas están fluyendo constantemente" "Todo cambia y nada permanece; todo se mueva y nada queda fijo" "Las cosas frías se vuelven calientes, las cosas calientes se vuelven frías; lo mojado se seca y lo reseco se humedece"


Procesos de dominación

La organización ha ido asociada a lo largo de la historia; con los procesos de dominación social; donde los individuos o grupos han encontrado el medio de imponer su voluntad a los demás.